La betaína se obtiene de la remolacha azucarera, se trata de un ingrediente natural con una molécula muy sencilla: la trimetilglicina. El organismo utiliza la betaína como un desintoxicante hepático y purificante del organismo.

En cosmética, se utiliza como un factor natural de hidratación, un activo que promueve la hidratación profunda porque puede fijar en su molécula hasta 10 moléculas de agua, recuciendo la sensación de sequedad en piel y cabello, reduce la irritación y fortalece la barrera de la piel, aporta un tacto más rico a cremas y champús, favorece la espuma en estos últimos y protege de la descamación del cuero cabelludo. Es un factor de crecimiento de fibroblastos, favoreciendo la regeneración cutánea y estimulando la formación de colágeno.

Se considera un protector contra irritantes químicos y mecánicos. También es interesante como purificante facial.

Se considera un factor de acondicionado. Deja un tacto aterciopelado en la piel. Se usa del 0,5 al 1% en emulsiones, y del 0,5 al 2% en champús. Es hidrosoluble, debe añadirse o disolverse previamente en la fase acuosa.

Usos en cosmética: Hidratante, antiedad, productos limpiadores, productos infantiles, productos antiacné, productos post-afeitado, toallitas húmedas, champús y acondicionadores.

Presentación: se vende en forma de sal cristalizada en formatos de 100 g y 500 g.